Hablamos con tres jóvenes activistas de distintos colectivos que el pasado 8 de marzo salieron a las calles para defender los derechos de las mujeres y denunciar la discriminación y violencias machistas. Su implicación, su fuerza, su seguridad y su acción nos muestran que hay toda una generación muy concienciada con la igualdad, que continuará el trabajo de sus precedentes y que ponen una pincelada de esperanza en el futuro.
Laura Espadas. Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (CANAE)
Estudiante de 1º de Bachillerato del IES Las Musas de Madrid, Laura Espadas nos cuenta cómo este 8M participó en la huelga estudiantil convocada para este día y en la manifestación organizada por el Sindicato de Estudiantes bajo el lema '¡Nos siguen matando y violando!'. “Es un día en el que es importante salir a la calle para reivindicar los derechos que necesitamos para todas y apostar por un feminismo inclusivo”, nos decía. Laura tiene claro que “formar parte de la lucha feminista es esencial. No hay otra opción que la igualdad”. Una lucha en la que es clave el papel del colectivo de jóvenes porque “somos un porcentaje alto de la población y con nuestra voz se enriquecen todas las luchas y todos los espacios de participación. Debemos ser conscientes y partícipes en las sociedades en las que vivimos”.
Forma parte de CANAE, la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes, desde 2022, desde donde “pedimos que haya una igualdad de oportunidades en las aulas, que la formación sea acorde a ello y que haya un consenso en el claustro en tema de contenidos y planes efectivos para frenar la discriminación y el machismo de las aulas”, asegura Laura.
Laura Montoya. Amnistía Internacional
“El 8M tiene que ser todos los días, pero el 8 de marzo es una oportunidad de pararnos un día para reivindicar y tomar conciencia de las violencias machistas que sufrimos las mujeres, desde los micromachismos, la desigualdad salarial hasta los asesinatos”, nos explica Laura Montoya, activista de Amnistía Internacional desde 2012 cuando empezó en la Red de Escuelas en su colegio, continuando su activismo en la universidad y en la actualidad en el grupo de jóvenes de AI. Este 2023 se sumó a la manifestación convocada en Barcelona de la mano de Amnistía Internacional poniendo el foco este año en los derechos de las mujeres y niñas en Afganistán, que se han visto coartados desde que los talibanes tomaron el poder en el país. “No pueden participar en espacios públicos ni viajar sin ser acompañadas por un pariente varón, se les ha excluido de empleos públicos y prohibido su participación en organizaciones”, recuerda Laura, que añade que “si nos relegan del espacio público, nos lanzan el mensaje que no formamos parte de la sociedad. Tenemos que luchar por ellas dado que a ellas no las están dejando”.
Este año también ha participado de una actividad de divulgación y concienciación en el centro en el que estudia catalán sobre las mujeres que han dejado más huella en sus vidas. “Fue llamativo ver que la mayoría de las alumnas hicimos referencia a nuestras madres como referentes y principales cuidadoras. Nos centramos en visibilizar la labor de los cuidados, que muchas veces no se tienen en cuenta”, explica.
Yasmina López. Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (CANAE)
Aunque lleva años concienciada con la igualdad y participando en distintas actividades, este 8 de marzo ha sido la primera manifestación a la que acude Yasmina López, de 16 años y estudiante de 4º ESO en Tarragona. Sus amigas y ella decidieron ir todas juntas después de que una semana antes abusaran sexualmente de una de ellas. También fueron acompañadas por parte de algunas profesoras del instituto. “Aún hay mucha desigualdad y siguen pasando muchas cosas machistas, incluso dentro del instituto, por lo que tenemos que seguir trabajando por la igualdad”, reivindicaba.
Yasmina recordaba con emoción su participación en la manifestación de este año al ver a “tanta gente de distintas generaciones luchando por lo mismo”. Además, nos cuenta que en su clase de Filosofía elaboraron trabajos y pancartas, que se cuelgan en el centro, con los nombres y obras de filósofas, “para dar visibilidad y que se hable de ellas”. Yasmina terminaba la entrevista para este blog con un mensaje de esperanza y con ganas de que llegue el próximo 8M para volver a salir a las calles.