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[Texto de imagen de portada]: Pluma Negra Sobre Libro ©Pexels/Talha Riaz

Pluma Negra Sobre Libro ©Pexels/Talha Riaz

Blog

8 poemas de mujeres por el 8M

Por Vega Alonso, colaboradora de Amnistía Internacional,

Alfonsina Storni, Alejandra Pizarnik, Juana de Ibarbourou, Emily Dickinson, Juana Castro, Gabriela Mistral, María Zambrano, Audre Lorde o Sylvia Plath son ejemplos de poetas que han denunciado las discriminaciones que sufren las mujeres y defendido la igualdad en sus obras. La poesía nos abre una ventana para alzar la voz y construir verso a verso un mundo más igualitario. De cara a este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, te proponemos trabajar con 8 poetas y sus versos para conocer su obra y sus reivindicaciones.

En este camino a la igualdad es clave el acceso a la educación de niñas y mujeres. Ya lo decía Gloria Fuertes: ¡Al cole! ¡Al cole! / para aprender, / que es importante”. Sin embargo, el derecho a la educación es vulnerado para miles de niñas en todo el mundo. En Afganistán desde la toma del poder por los talibanes a mediados de 2021 se han cerrado los centros de enseñanza secundaria de todo el país y las jóvenes afganas no pueden acceder a la universidad.

Como otros aspectos negados a la mujer afgana, la poesía tampoco parece que les pertenezca. Sin embargo, es en ella y en la escritura donde las mujeres encuentran un espacio para expresarse. Era el caso de la poeta afgana bajo el nombre de Rahila Muska, que se suicidó después de que sus hermanos casi le matan a golpes cuando descubrieron que escribía poemas. Aprendió poesía de otras mujeres y a través de un programa de radio. Practicaba un género poético de naturaleza oral, desarrollado sobre todo en el pueblo pastún, conocido como landays. Las mujeres los creaban, los memorizaban y los transmitían de forma oral. Un género de dos versos y que es anónimo por esa prohibición a las mujeres de leer y escribir. Las mujeres afganas han utilizado durante mucho tiempo este tipo de poesía como un lenguaje de protesta y con el que defender sus derechos. A este género pertenece el último poema que recitó Muska en una llamada telefónica a un programa de radio:

Me vendiste a un hombre viejo, padre.

Que Dios destruya tu hogar, yo era tu hija

En 2005 conmovió al mundo el asesinato de la poeta y periodista afgana Nadia Anjuman por su marido y los familiares de éste. Consideraban que la publicación de su libro de poemas Flor Ahumada deshonraba a la familia. En su casa tuvo prohibido estudiar, pero aprovechó que se le permitía coser para salir de casa y participar en los círculos de costura de la ciudad de Herat. Allí estudió literatura en secreto. Nadia luchó por los derechos de las mujeres afganas y creó círculos de lectura. Tenía tan solo 25 años cuando fue asesinada, al poco tiempo de publicar su libro. Este es parte de su poema ‘No deseo abrir la boca’:

Llevo mucho tiempo en silencio

pero nunca olvidé la melodía

que no paro de susurrar.

Las canciones que brotan de mi corazón

me recuerdan que algún día

romperé la jaula.

Volando saldré de esta soledad

y cantaré con melancolía.

No soy un frágil álamo

sacudido por el viento.

Soy una mujer afgana.

Entiéndase pues mi constante queja.

Estoy enjaulada en este rincón

llena de melancolía y pena…

Mis alas están cerradas y no puedo volar…

Soy una mujer afgana y debo aullar.

Para romper con esa estructura que relega a la mujer de la escritura y de otros espacios a lo largo de la Historia, hay poemas que reivindican el papel de la mujer y la igualdad, porque como escribía la poema Gisela López hay que romper el hechizo.

Es necesario

revertir el hechizo.

Ese,

que borra a las mujeres

de los libros de historia,

de las esferas de poder,

de las antologías.

Ese,

que las encierra

entre cuatro paredes,

con solo

colocarles un anillo.

Esta escritora guatemalteca ha denunciado el feminicidio y ha escrito sobre los derechos vulnerados de las mujeres y formas de violencia. Sus libros son también un canto a la sororidad y al trabajo transformador de movimientos de mujeres. Entre sus poemarios se encuentra En Busca del amanecer, Postales de Ciudad, Mujer de nueva cuenta, Nueva mirada, Versos del desamor, y Voces urgentes.

Defensora de los derechos humanos y de la libertad de expresión, la poeta y novelista Gioconda Belli es crítica también con la situación de revueltas sociales y represión que está viviendo su país de origen, Nicaragua. A lo largo de su obra y su trayectoria profesional ha defendido los derechos de las mujeres y en varias ocasiones ha afirmado que escribe una literatura donde la mujer es protagonista. Su primer libro de poesía, Sobre la grama, publicado en 1972 fue una revolución al abordar sin tapujos el cuerpo y la sexualidad femenina. Entre sus libros de poesía destacan también: Truenos y arcoiris (1982), La costilla de Eva (1987) y El ojo de la mujer (1991). Compartimos en este día su poema titulado ‘Ocho de marzo’:

Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres,

¡Qué poco es un solo día, hermanas,

qué poco, para que el mundo acumule flores frente a nuestras casas!

De la cuna donde nacimos hasta la tumba donde dormiremos

toda la atropellada ruta de nuestras vidas –

deberían pavimentar de flores para celebrarno

(que no nos hagan como a la Princesa Diana que no vio, ni oyó

las floridas avenidas postradas de pena de Londres)

Nosotras queremos ver y oler las flores.

Queremos flores de los que no se alegraron cuando nacimos hembras

en vez de machos,

Queremos flores de los que nos cortaron el clítoris

Y de los que nos vendaron los pies

Queremos flores de quienes no nos mandaron al colegio para que cuidáramos a los hermanos y ayudáramos en la cocina

Flores del que se metió en la cama de noche y nos tapó la boca para violarnos mientras nuestra madre dormía

Queremos flores del que nos pagó menos por el trabajo más pesado

Y del que nos corrió cuando se dio cuenta que estábamos embarazadas

Queremos flores del que nos condenó a muerte forzándonos a parir

a riesgo de nuestras vidas

Queremos flores del que se protege del mal pensamiento

obligándonos al velo y a cubrirnos el cuerpo

Del que nos prohíbe salir a la calle sin un hombre que nos escolte

Queremos flores de los que nos quemaron por brujas

Y nos encerraron por locas

Flores del que nos pega, del que se emborracha

Del que se bebe irredento el pago de la comida del mes

Queremos flores de las que intrigan y levantan falsos

Flores de las que se ensañan contra sus hijas, sus madres y sus nueras

Y albergan ponzoña en su corazón para las de su mismo género

Tantas flores serían necesarias para secar los húmedos pantanos

donde el agua de nuestros ojos se hace lodo;

arenas movedizas tragándonos y escupiéndonos,

de las que tenaces, una a una, tendremos que surgir.

Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres.

Queremos flores hoy.

Cuanto nos corresponde.

El jardín del que nos expulsaron.

Los poemas de Rupi Kaur son también un canto al feminismo. Sus libros Otras maneras de usar la boca y El sol y sus flores nos acercan temas como la autoestima, el amor propio, el derecho a la libertad de expresión, la sexualidad, la violencia de género, la discriminación de la mujer, y rompen también los estándares de belleza femenina.

Quiero disculparme con todas las mujeres

a las que he llamado bonitas

antes de haberlas llamado inteligentes o valientes.

Lamento si hice sonar complicado

algo tan simple como con lo que se nace,

es de lo que tienes que estar más orgullosa

como cuando tu espíritu ha aplastado las montañas.

De ahora en adelante, voy a decir cosas como eres resistente

o eres extraordinaria,

no porque crea que no eres bonita,

sino porque eres mucho más que eso.

Su obra ha sido traducida a más de 30 lenguas. Rupi Kaur relata que la poesía le ayudó a recuperarse de la violencia que sufrió de joven. Y es que los versos se convierten también en un altavoz para denunciar la violencia machista. Bibiana Collado Cabrera en su poemario ‘Violencia’ recorre las etapas del maltrato, desde la anulación de la mujer, el golpe, el estigma, la culpa, la identificación, la incomprensión social, etc. Este es su poema ‘Calcomanía’.

A veces repaso con boli los

bordes de la herida,

como si la tinta azul

fuera capaz de contener

la expansión del morado.

Repaso igual que mi hija repasa los bordes

de las calcomanías que empiezan

a desdibujársele en el brazo.

A veces, incluso, le dibujo

a la herida ojitos y boca.

Un día, incluso, le dibujé

una lengua burlona.

Ella lo vio y sonrió.

Esa fue la primera vez que tuve miedo.

Hay también versos de poetas que rompen los estereotipos de género, como los de Alfonsina Storni. La mujer y el trabajo, el matrimonio, el rol de ama de casa o la libertad sexual de las mujeres fueron algunos de los temas abordados en sus obras. Este es el comienzo de su poema ‘Loba’:

Yo soy como la loba.

Quebré con el rebaño

Y me fui a la montaña

Fatigada del llano.

Yo tengo un hijo fruto del amor, de amor sin ley,

Que no pude ser como las otras, casta de buey

Con yugo al cuello; ¡libre se eleve mi cabeza!

Yo quiero con mis manos apartar la maleza.

Mirad cómo se ríen y cómo me señalan

Porque lo digo así: (Las ovejitas balan

Porque ven que una loba ha entrado en el corral

Y saben que las lobas vienen del matorral).

Entre la obra poética de Storni, que escribió su primer poema con 12 años, se encuentran títulos como La inquietud del rosal,  El dulce diario, Irremediablemente, Languidez u Ocre. También destacó como escritora de crónicas y ensayos en distintos periódicos y revistas. En sus artículos ponía el acento en los derechos sociales. Además, intervino en la creación de la Sociedad Argentina de Escritores y promovió la solidaridad entre otras compañeras escritoras.

El 8 de marzo significa también unión, sororidad y pone de manifiesto la fuerza que se construye al caminar juntas. “Todas avanzamos cuando reconocemos lo resistentes y sorprendentes que son las mujeres que nos rodean”, escribe Rupi Kaur. Compartimos también el poema ‘Soy mujer’ de Alejandra Pizarnik como agradecimiento a todas las mujeres que a lo largo de la Historia han luchado por los derechos que hoy tenemos. 

Soy mujer.

Y un entrañable calor me abriga

cuando el mundo me golpea.

Es el calor de otras mujeres,

de aquellas que hicieron de la vida

este rincón sensible, luchador,

de piel suave y corazón guerrero.

La obra de Pizarnik es uno de los mayores legados poéticos de la literatura latinoamericana. Entre sus títulos más destacados figuran La tierra más ajena, Árbol de Diana y Extracción de la piedra de locura.

De cara a este 8 de marzo, puedes recitar sus poemas, investigar la obra de otras poetas y compartirlo con tus compañeras y compañeros.