¿Qué es la transfobia?
La transfobia es el rechazo que sufren las personas transgénero al transgredir el sistema sexo/género socialmente establecido. Estas personas están en situación de especial vulnerabilidad y sufren un alto grado de marginación, violencia y comportamientos discriminatorios que vulneran sus derechos humanos.
Julia Serrano, teórica y autora transfeminista, en su libro Whipping Girl argumenta que las raíces de la transfobia están en el sexismo. La autora lo denomina “sexismo oposicional”, término que se vincula a la creencia de que masculino y femenino son categorías rígidas que se excluyen mutuamente y que cada una posee atributos, aptitudes, habilidades y deseos únicos que nunca se solapan.
Serrano contrasta el sexismo oposicional con el sexismo tradicional, es decir con la creencia de que los hombres y la masculinidad son superiores a las mujeres y la feminidad. Argumenta que la transfobia se nutre de las inseguridades que tiene la gente sobre el género y sus normas.
Jody Norton, autora y crítica transgénero, sostiene que la transfobia es una extensión de la homofobia y la misoginia. Norton argumenta que las personas transgénero, como los gais y las lesbianas, son odiadas y temidas por desafiar y socavar los roles de género, la expresión de género y el binarismo de género. Asimismo, afirma que las mujeres transgénero sufren transfobia debido a su desafío implícito de la división binaria de género de la que depende la hegemonía política y cultural masculina.
Miembros de la comunidad LGBTI protestan contra la transfobia. © AP Photo/Salvador Meléndez
¿Qué origina la transfobia? Estas son las principales causas:
Desde Amnistía Internacional queremos repasar los motivos más destacados de la transfobia, entre los que se encuentran los siguientes:
- Entender que los roles de género deben ser respetados por ser lo "natural".
- Resistencia a romper con la tradición, pues hay colectivos cuyos privilegios dependen de que los roles de género no sean trascendidos.
- Miedo a lo desconocido que se transforma en discriminación y violencia. En algunos casos, la transfobia puede conllevar agresiones verbales y físicas hacia las personas trans.
- Al igual que ocurre con la homosexualidad, las personas trans pueden ser percibidas como peligrosas al transgredir las normas socialmente aceptadas sobre el sexo, el género y la orientación sexual.
©Raquel Willis
El problema de la transfobia en España
El 6 de octubre de 1991, Sonia Rescalvo Zafra fue asesinada en el Parque de la Ciudadela (Barcelona), de una brutal paliza a manos de un grupo de neonazis que salieron a “tocar el tambor”, término que utilizaban para referirse a las palizas que propinaban a aquellas personas que consideraban insignificantes o inferiores. Este asesinato fue uno de los primeros delitos de odio del que se tiene constancia en nuestro país. Sonia fue asesinada por el mero hecho de ser una persona trans.
A pesar del tiempo transcurrido y de los avances legislativos, las personas trans y en especial las mujeres trans, están entre las principales víctimas dedelitos de odio en España.
Las víctimas de crímenes de odio, como los provocados por la transfobia, padecen secuelas de especial gravedad ya que son atacadas por su identidad; una identidad que no pueden ni quieren cambiar y que debería ser tanto respetada por la sociedad como protegida por las instituciones.
“Las personas trans, y en especial las mujeres trans, están entre las principales víctimas de delitos de odio en España”
La transfobia no solo se manifiesta en agresiones físicas. Una investigación realizada por la FRA (Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea) revela que, en España, el 77% de las mujeres trans ha sufrido discriminación a la hora de buscar empleo. En otra investigación, la FRA concluye que en nuestro país más de un 10% de las mujeres trans se han visto obligadas a dormir en la calle al menos una vez en la vida y un 16% a alojarse temporalmente en casa de familiares o amistades. Además, la primera causa de sinhogarismo de estas personas es la expulsión del domicilio familiar debido al rechazo de la familia cuando se visibilizan como LGTBI. Este mismo estudio también indica que el 53% de las personas trans tienen dificultades más o menos graves para llegar a finde mes en España frente a un 40% del conjunto del colectivo LGTBI.
En el ámbito educativo, según un sondeo elaborado por FELGTB, el 58% de las personas trans de entre 16 y 24 años ha sido víctima de transfobia durante su etapa escolar. Un 28% de las personas que han participado en la encuesta tuvo que cambiar de centro por el acoso tránsfobo.
Bandera trans. © Pexels Katie
Bandera trans, ¿cuál es su origen?
La bandera trans tiene cinco franjas horizontales: dos exteriores azul celeste, dos internas rosa y la del medio blanca. Fue creada el 19 de agosto de 1999 por la activista trans Monica F. Helms (1951), veterana de la armada estadounidense, de quien podemos encontrar los principales eventos de su vida en su libro More That Just A Flag.
A Monica le inspiró el creador de la bandera bisexual (de hecho, contactó con la misma compañía para su fabricación), pues ella entendió que las personas trans también necesitaban una bandera que les permitiera mostrar su individualidad y su existencia y con la que toda persona transexual se viera representada. Para ella, el azul representa el color que tradicionalmente se asigna a los bebés varones, el rosa a las niñas, y el blanco a las personas que tienen un género neutro, indefinido, o que de cualquier manera sienten que no encajan en el espectro del género binario.
Monica la ondeó por primera vez en el año 2000, en el Orgullo de Phoenix, Arizona. Si bien distintas asociaciones LGTBI comenzaron a hacerse eco de la bandera, tardó unos diez años en ser comúnmente utilizada en manifestaciones de Estados Unidos y de todo el mundo. También han hecho uso de ella empresas como WhatsApp, que en 2020 la incluyó como emoji, y las administraciones públicas, ondeándola por primera vez el 27 de junio de 2015 en un ayuntamiento de España, el de Las Palmas de Gran Canaria.
Una mujer participa en una protesta con un cartel que dice: "Las personas trans no son una amenaza, la transfobia, sí" para conmemorar el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia. © REUTERS/Jose Cabezas
Posteriormente, algunos ayuntamientos, parlamentos autonómicos y el Gobierno han utilizado la bandera o sus colores en diferentes iniciativas de apoyo al colectivo trans.
A nivel internacional, varios congresistas estadounidenses colocaron en 2019 la bandera trans en la puerta de sus despachos en Washington, como apoyo al Día Internacional de la Visibilidad Trans.
Como colofón, la bandera trans tiene distintas variantes, destacando la diseñada en 2015 por la activista trans Raquel Willis, que contiene una franja negra en sustitución de la blanca para incluir a la comunidad trans negra.
Hoy en día, el original de la bandera trans se encuentra en el Museo Nacional de Historia Estadounidense, localizado en Washington, D. C., por si alguien se anima a hacer una visita.