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Imágenes del nuevo libro de historia para escolares rusos y ucranianos bajo la ocupación rusa

REUTERS/Shamil Zhumatov/Illustration

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Rusia: Nuevo curso y nuevo libro de texto de historia para adoctrinar en las escuelas sobre la invasión de Ucrania

Según ha manifestado esta mañana Amnistía Internacional, un nuevo libro de texto de historia que, entre otras cosas, justifica la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania como un acto legítimo de autodefensa y vulnera los derechos de los niños y niñas a una educación apropiada y de calidad, constituye un intento peligroso de adoctrinar a las generaciones futuras.

El libro de texto, que abunda en los tópicos de la propaganda oficial rusa e intenta justificar las acciones ilegales de Rusia —desde la anexión de Crimea en 2014 a la invasión en gran escala de Ucrania en 2022— formará parte obligatoriamente del currículo del alumnado de secundaria en toda Rusia y los territorios ucranianos ocupados por Rusia, que reanudan la actividad escolar el 1 de septiembre.

“El libro oculta la verdad y distorsiona los hechos relacionados con las violaciones graves de derechos humanos y los crímenes de derecho internacional cometidos por las fuerzas rusas contra la población de Ucrania”, ha afirmado Anna Wright, investigadora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central.

“El adoctrinamiento de los niños y niñas en una etapa de su desarrollo en la que son vulnerables es un intento cínico de erradicar la cultura, el patrimonio y la identidad ucranianos, así como una violación de su derecho a la educación”, manifestó Anna Wright.

Propaganda rusa incrustada en el currículo escolar

El libro de texto, dirigido al alumnado de último año de secundaria, describe a Rusia como víctima de un complot occidental y no como país agresor. Afirma que antes de la invasión de Ucrania en gran escala por parte de Rusia, asesores de la OTAN habían preparado activamente a Ucrania para “atacar Dombás”, en referencia a los territorios del oeste de Ucrania que están bajo ocupación rusa desde 2014.

También aduce que si se hubiera permitido el ingreso de Ucrania en la OTAN, eso podría haber desembocado en una guerra de destrucción y, “posiblemente, en el fin de la civilización”, algo que Rusia no tuvo más remedio que impedir.

El nuevo libro de texto afirma que la invasión en gran escala de Ucrania por parte de Rusia es una “operación militar especial” y cita las declaraciones del presidente Vladimir Putin del 24 de febrero de 2022, día en que ordenó la invasión: “En el fondo es una cuestión de vida o muerte, una cuestión de nuestro futuro histórico como nación”.

Al mismo tiempo que niega a los niños y niñas de Rusia y los territorios ucranianos ocupados el derecho a la educación —más de 500 escuelas ucranianas están ahora bajo control ruso— la información errónea del libro de texto también ataca al derecho de la ciudadanía ucraniana a su patrimonio e identidad cultural.

Al ser Rusia la potencia ocupante en las zonas de Ucrania bajo su control, debe cumplir con sus obligaciones como Estado Parte en Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en la Convención sobre los Derechos del Niño, entre ellas respetar, proteger y realizar el derecho a la educación y no vulnerarlo mediante el adoctrinamiento del alumnado con propaganda.

Amenazas a padres, madres y personal docente ucranianos

En las zonas de Ucrania ocupadas por Rusia, los padres, madres, el personal docente y el alumnado corren peligro de sufrir violencia, detención arbitraria y malos tratos por negarse a seguir el currículo escolar ruso, implantado en los centros escolares en septiembre de 2022.

Las autoridades de ocupación tienen los nombres y las direcciones de los niños y niñas en edad escolar que residen en sus zonas. El funcionariado del ministerio de educación puede presentarse en sus casas y solicitar la presencia de un niño o niña en la escuela. Habitualmente los amenazan con sancionarlos si sus padres y madres no los envían a las escuelas en las que se enseña el currículo ruso.

Los organismos encargados de hacer cumplir la ley realizan controles periódicos de dispositivos electrónicos privados y, si detectan el uso de contenido o software para la enseñanza escolar online que sigue el currículo ucraniano, las consecuencias pueden ser graves e incluyen la detección y los malos tratos.

Yuriy* (nombre ficticio), padre de tres hijos e hijas de un pueblo cercano a Nova Kakhovka (pidió que no se nombrara el pueblo), dijo que después de la invasión en gran escala de Rusia su hija pasó a estudiar el currículo ucraniano online y que aún después de haberse implantado el currículo ruso en las escuelas seguía haciendo lo mismo.

En octubre de 2022, unos días después de recibir en su casa la visita de un funcionario ruso que preguntó a Yuriy por qué su hija no estaba asistiendo a las clases presenciales, Yuriy fue detenido arbitrariamente por las autoridades rusas por no llevar a su hija al colegio ruso. Lo recluyeron durante seis días y lo maltrataron. “Sólo me golpearon un día. Nos daban de comer, no muy bien. También querían que cantáramos el himno nacional (ruso)”, dijo.

Mariya,* de Nova Khakovka, que abandonó los territorios ucranianos ocupados por Rusia en septiembre de 2022, contó a Amnistía Internacional que unos soldados rusos le habían arrancado el teléfono de las manos a su hija tras sonar una canción en ucraniano como tono de llamada.

Algunos profesores y profesoras de los territorios ocupados se niegan a enseñar el currículo ruso, siendo conscientes de que al hacerlo corren un inmenso peligro.

Alina,* profesora de historia de Izium, contó al equipo de investigación de Amnistía Internacional que durante los meses de la ocupación rusa le aterrorizaba enseñar historia ucraniana y escondía sus libros de texto en casa. Durante los controles domiciliarios realizados por soldados rusos en su zona, tapó con una manta sus libros de texto y los mapas que mostraban Crimea como parte de Ucrania, así como otros materiales didácticos.

Después de que su bloque de apartamentos resultara dañado por los bombardeos, los soldados rusos saquearon el edificio. Alina contó a Amnistía Internacional que había tenido suerte de que no descubrieran sus libros cuando registraron su apartamento, que “no les había interesado porque podían ver que no contenía nada de valor”.

Información complementaria

Amnistía Internacional viene documentando crímenes de guerra y otras violaciones del derecho internacional humanitario desde el comienzo de la invasión en gran escala de Ucrania por Rusia. Aquí encontrarán todos los materiales publicados por la organización hasta la fecha.