Nacer mujer en Arabia Saudí supone nacer con menos derechos que los hombres por el mero hecho de ser mujer. Significa, además, vivir bajo un sistema de “tutela” masculina que controla y limita la libertad y autonomía personal. Las mujeres en Arabia Saudí no pueden tomar decisiones por su cuenta, sino que es un familiar varón el que decide en representación suya.
Desde que nacen y a lo largo de toda su vida, las mujeres en Arabia Saudí permanecen bajo la supervisión de un hombre de la familia, normalmente sus padres o maridos. Necesitan su permiso y consentimiento para cuestiones tan sencillas como iniciar determinados estudios, vivir solas, casarse, acceder a ciertos tratamientos médicos o incluso salir de la cárcel. Desafiar estas prohibiciones o desobedecer a su “guardián” puede ser motivo de sanciones.
Este sistema represivo ha experimentado algunos avances en los últimos años, como otorgar a las mujeres el derecho a votar en 2015, a crear una empresa sin el permiso de su “guardián” y también a conducir en 2018 o acudir a eventos deportivos o culturales sin segregación por sexo. Actualmente, también se permite a las mujeres saudíes mayores de 21 años solicitar su pasaporte y viajar al extranjero sin la autorización de su “tutor” varón. Avances que resultan aún insuficientes en uno de los países con mayor desigualdad de género del mundo. Acciones tan sencillas como las siguientes son solo algunas de las restricciones con las que las mujeres tienen que convivir día a día en Arabia Saudí.
Aplicación Absher en un teléfono en Jiddah, Arabia Saudí. La aplicación del gobierno saudí es principalmente una forma para que las personas paguen multas de tráfico y completen otras tareas administrativas de forma electrónica, pero también permite a los hombres otorgar o denegar permiso a una mujer para viajar. © AP/Amr Nabil
Presencia de mujeres en espacios públicos de Arabia Saudí
A día de hoy, las mujeres saudíes aún encuentran dificultades para transitar libremente por los espacios públicos. Si bien es cierto que en los últimos años se ha avanzado en este sentido, la mayoría de universidades, bancos y edificios públicos aún tienen entradas diferenciadas para mujeres y hombres. También las playas, los parques o los espacios de ocio, como por ejemplo, piscinas o gimnasios, cuentan con zonas separadas para ambos sexos. Sucede lo mismo con el transporte público.
Vestir con libertad siendo mujer en Arabia Saudí
La mayoría de las mujeres tienen que vestir en público una ‘abaya’. Esta indumentaria consiste en una túnica larga negra hasta los tobillos y un velo para cubrir la cabeza y el pelo que deja al descubierto solo parte del rostro. Todo por la obligación de no exhibir ninguna parte de su cuerpo y no mostrar su identidad. La policía religiosa del país, la “mutawa”, vigila que las mujeres vistan de “manera apropiada” en los lugares públicos, penalizando de diferentes maneras a aquellas que no lo hagan.
Este código de vestimenta tan estricto ha tenido cierta evolución en los últimos años. Varias mujeres han apostado por “modernizar” la ‘abaya’ usando una versión más colorida o deportiva para poder tener mayor comodidad y movilidad. Algo que se ha considerado como un acto de rebeldía y ataque a la “tradición” y que, sobre todo en mujeres jóvenes, cada día está más presente en las calles de Arabia Saudí.
Hace unos años una mujer fue detenida por vestir “prendas indecentes” tras difundir un vídeo en internet donde vestía una falda corta. Posteriormente quedó en libertad sin cargos. Romper con estas normas en la forma de vestir es uno de los focos de las activistas saudíes. En 2018 lanzaron una campaña en redes sociales vistiendo la ‘abaya’ al revés en defensa de su libertad de vestimenta.
Una mujer saudí rocía un perfume a una clienta en una tienda de cosméticos de un centro comercial en Riad, Arabia Saudí, 22 de octubre de 2021. © REUTERS/Ahmed Yosri
Casarse y divorciarse libremente siendo mujer en Arabia Saudí
Las mujeres en Arabia Saudí no pueden elegir pareja ni casarse sin el permiso de su padre o “tutor”, persona que debe aprobar la relación. Además, todavía se producen matrimonios concertados en los que la mujer es forzada a casarse.
Por otro lado, la mujer tampoco puede divorciarse sin el consentimiento de su marido, pero el hombre sí puede divorciarse sin el consentimiento de su mujer. Desde hace un año, los maridos tienen la obligación de notificar -al menos- por mensaje de texto la finalización del matrimonio a sus esposas. Una medida aprobada con el objetivo de impedir que algunos maridos se divorciaran sin informar a su pareja de ello.
Buscar protección como mujer en Arabia Saudí tras sufrir abusos
Una mujer que decida abandonar el hogar familiar, por ejemplo, porque sufre maltratos, puede ser denunciada por desobediencia por su guardián. Acabará detenida o recluida en un centro de acogida, del que sólo podrá salir con la firma de su guardián, a quien sólo se le pedirá un juramento de que no va a hacerle daño.
Además, las mujeres que intentan huir del hogar tras sufrir abusos pueden ser detenidas y devueltas a sus familias. Si huyen y buscan protección en un refugio necesitarán también el permiso de su “guardián” para poder abandonarlo.
Miembros y simpatizantes de Amnistía Internacional piden la liberación de las defensoras de los derechos de las mujeres en Arabia Saudí frente a la embajada de ese país en La Haya, el 4 de octubre de 2018, Países Bajos. © Pierre Crom
Defender sus derechos como mujer en Arabia Saudí
Reivindicar los derechos de las mujeres no debería ser un delito, pero en Arabia Saudí lo es. Luchar por el fin del sistema de “tutela” masculina en el país puede llevar a las mujeres a la cárcel. De hecho, desde mediados de 2018 decenas de mujeres han sido perseguidas y encarceladas por defender derechos humanos tan básicos como, por ejemplo, el derecho a conducir. Unas detenciones a las que se suman juicios injustos, informes de tortura, agresión sexual y otros malos tratos por parte de las autoridades.
Es el caso de Loujain al-Hathloul, que fue detenida en mayo de 2018 junto a otras activistas, acusada de desestabilizar el país por reivindicar los derechos de las mujeres. Actualmente, Loujain está en libertad condicional, y no podrá viajar durante cinco años. Además, se le sigue negando acceso a la justicia y rendición cuentas, pese a sus denuncias de tortura y acoso en prisión durante los tres primeros meses de su detención.
El sistema de “tutela” masculina denigra a las mujeres, vulnera sus derechos y las sitúa como ciudadanas de segunda categoría. Defender un sistema o un país igualitario donde mujeres y hombres tengan los mismos derechos jamás debería ser un delito.