-¿Qué porcentaje de acoso escolar tiene que ver con una orientación afectivo-sexual percibida como diferente de la heterosexual?
-Nuestros datos indican que un 6% del alumnado ha sufrido agresiones físicas LGTBIfobas y el 67% del alumnado ha presenciado agresiones verbales LGTBIfobas.
-Es una incidencia muy alta.
-La LGTBIfobia está muy normalizada. Cuando se producen agresiones físicas se toman medidas y el mismo alumnado lo denuncia, pero las humillaciones más sutiles como insultos o burlas están totalmente normalizadas hasta por las propias víctimas.
-Al examinar este y otros tipos de violencia siempre surge la pregunta de si han aumentado los casos o si son más visibles porque se denuncian más.
-La sensibilidad ante el acoso LGTBIfobo ha aumentado mucho debido a las leyes de protección al colectivo LGTBI. También hay más visibilidad porque los menores manifiestan más públicamente su identidad y orientación de género y esto genera confrontación. En los últimos años, además, ha calado entre la población juvenil y parte del profesorado el discurso de odio de la ultraderecha.
-Decís que hace 10 o 15 años la violencia era más física y que ahora es más psicológica o a través de las redes.
-El cyber-bullying LGTBIfobo alcanza niveles alarmantes y aumenta enormemente la vulnerabilidad de las víctimas. En este tipo de acoso participan no solo los compañeros del centro, sino personas ajenas al mismo y hasta anónimas. Hay más espacios para un acoso que incluso invade el propio hogar.
-Ponerse delante de un grupo de adolescentes para hablar de diversidad sexual y afectiva seguro que requiere valor. Imagino que requería muchísimo más hace casi 30 años.
-Ha habido una gran evolución. Quienes impartían los talleres se enfrentaban a humillaciones o incluso intentos de agresiones físicas. Ahora hay mucha más aceptación, aunque, insisto, detectamos un retroceso.
-Recurren a menudo a la dramatización. ¿Sigue costando hablar de sexo?
-Entre los y las jóvenes, no. Ahora tienen mucha más información sobre sexo en las redes y los medios. Otra cuestión es la calidad de esa información.
-¿Sigue siendo hoy un problema para un menor decirle a sus padres que no es heterosexual?
-En las familias se siguen encontrando barreras. Muchas muestran esa actitud de respeto ante el colectivo LGTBI, pero les cuesta aceptar la diversidad en sus hijos e hijas.
-¿Hay una correlación entre nivel socio-educativo de un centro o una familia y la aceptación de la diversidad afectivo-sexual y de género?
-La LGTBIfobia, al igual que el machismo y otras formas de discriminación, está presente en todas las clases sociales. Sí que va pareja a la visibilidad. Según nos alejamos del centro de Madrid hacia poblaciones pequeñas en los que hay menor visibilidad de la diversidad, hay más discriminación.
-La gente y los políticos que se oponen a estos talleres argumentan que los padres tienen derecho a decidir a qué información se ven expuestos sus hijos e hijas.
-Los contenidos curriculares son los que marca la ley, e incluyen la educación para la diversidad y los derechos humanos. Hay que educar en el respeto a la diversidad afectivo-sexual y de género para prevenir el acoso y tener sociedades abiertas y respetuosas con los derechos humanos.
-Más allá de la escuela, las cifras de agresiones LGTBIfobas en nuestro país crece cada año.
-Como en la escuela, el repunte tiene que ver con los discursos de odio y con que cada vez más personas viven su identidad y orientación afectivo-sexual y de género abierta y libremente.
-También aumenta la utilización política de la LGTBIfobia. Madrid va a revisar sus leyes en este campo. ¿Es una causa o un síntoma?
-Para mí, una causa. Determinados discursos generan en parte de la opinión pública una visión negativa del colectivo LGTBI que está detrás del repunte de agresiones.
-En Hungría el Gobierno prohibe hablar de diversidad sexual en escuelas y medios. ¿Son situaciones comparables?
-Es una muestra de hasta donde podemos llegar si nos relajamos, si quitamos importancia a estos discursos y no actuamos.
-¿Cómo se puede contrarrestar ese retroceso?
-La educación favorece que las futuras generaciones sean más inclusivas y respetuosas con la diversidad, pero hay que sensibilizar a toda la población. El trabajo en productos de ocio como series o películas, redes y medios de comunicación es muy importante. Y hay que seguir al pie del cañón del activismo y la política.
Si queréis más información o concertar talleres con COGAM podéis visitar su página web en este enlace.