Dirigida por Stanley Kubrick, la película narra la rebelión contra Roma de un grupo de esclavos encabezado por el gladiador Espartaco. La llamadaTercera Guerra Servil comenzó con un intento de huída de 200 gladiadores, pero su rebeldía sirvió de ejemplo a miles de esclavos (hasta 120.000, según algunas estimaciones).
Entre el 73 y el 71 a.C. este ejércitode esclavos fugitivos trajo en vilo a las legiones romanas que, tras muchos apuros, les derrotaron en la batalla del Río Silario. Después de ella, gran parte de los rebeldes supervivientes fueron crucificados.
Todo en el film es monumental: su duración (tres horas), su reparto (encabezado por Kirk Douglassecundado porLaurence Olivier, Peter Ustinovo la gran Jean Simmons) y sus escenas bélicas (rodadas casi en su totalidad en España).
Mientras que la primera parte del metraje describe las duras condiciones en que vivían los gladiadores romanos, esclavos obligados a combatir entre sí, la segunda parte se convierte, gracias a al talento del guionista Dalton Trumbo, en un canto épico a la libertad y la solidaridad.
Por cierto, la aparición de Trumbo en los créditos supuso su vuelta de la clandestinidad, después de que tras negarse a declarar en 1947 ante el Comité de Actividades Antinorteamericanas del senador Joseph McCarthy, fuera condenado al ostracismo. Otra estupenda película sobre su vida -Trumbo- es un punto de partida perfecto para debatir sobre libertad de expresión y de pensamiento.
Estamos ante una de las obras maestras del cine político de Constantin Costa-Gavras, director de cine griego afincado en Francia. Basada en hechos reales, la película cuenta cómo Charles Horman, joven activista y periodista norteamericano, desaparece de su domicilio de Santiago de Chile tras el golpe de Estado del general Pinochet el 11 de septiembre de 1973.
Su también idealista mujer y su conservador padre intentan averiguar su paradero, presionando a los diplomáticos estadounidenses y al nuevo Gobierno chileno y viviendo un verdadero descenso al infierno de la represión desatada por el régimen militar, que causó la muerte o desaparición de más de 3.000 personas y encarceló y torturó a unas 40.000.
El film cuenta con las magníficas interpretaciones de un Jack Lemmon serio como pocas veces se le ha visto en pantalla y de una conmovedora Sissi Spacek. Su excelente y eléctrico guión realmente logra retratar el horror causado por la dictadura chilena y revela la complicidad del gobierno estadounidense con el golpe y otras dictaduras latinoamericanas de la época.
Esta película dirigida porRichard Attenboroughsupuso una contribución muy importante al final del régimen del apartheid en Sudáfrica. Tres años después de su estreno, Nelson Mandela era liberado para convertirse en 1994 en el primer presidente negro del país.
La cinta narra la amistad entre Donald Woods un periodista blanco y el activista negro Steve Biko, impulsor del movimiento de conciencia negra en Sudáfrica. Tras la muerte en prisión de Biko y su descubrimiento de que ha sido asesinado, Woods hace todo lo posible para dar a conocer la verdad. Eso le costará el despido, la prisión domiciliaria y, tras una arriesgada huida, el exilio.
Además de las excelentes interpretaciones de Kevin Kline y Denzel Washington, la película contiene escenas verdaderamente dramáticas en las que se describe con toda crudeza los métodos represivos del apartheid y la miseria de la población sudafricana negra condenada a la segregación.
El film es una excelente casilla de salida para discutir de sobre temas como igualdad racial; libertad de expresión, reunión, asociación y movimiento; tortura o ejecuciones extrajudiciales y, en un plano más positivo, la efectividad de los procesos de organización colectiva y desobediencia civil y la capacidad de los individuos para luchar contra la injusticia incluso en el contexto más desfavorable.
Hemos hablado tan solo de tres clásicos. Para hacer una lista de diez como era la idea inicial hubiéramos necesitado cuatro blogs como este. En esa lista preliminar figuraban obras maestras como Matar a un ruiseñor, ¿Vencedores o vencidos? o Los santos inocentes. Eso, sin meternos en el campo de los documentales o de los dibujos animados, sobre las que probablemente volvamos.
Mientras tanto, si estos tres clásicos no os resultan suficientes y tenéis ganas de más cine que hable de derechos humanos podéis consultar la base de datos del Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián y este excelente listado de películas sobre derechos humanos que elaboraron los y las compañeras de Amnistía Internacional Cataluña.
Tenéis munición (argumental, por supuesto) para rato.