El 12 de junio de 1967, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos dictaminaba que Richard y Mildred Loving tenían todo el derecho a ser marido y mujer, a pesar de que él era blanco y ella negra; y que el estado de Virginia no podía encarcelarles por ello. La sentencia supuso el fin de las leyes que declaraban ilegales los matrimonios mixtos y fue un hito en la lucha por los derechos civiles de la población afroamericana.
En los años cincuenta del siglo pasado, la vida no era fácil para la población afroamericana en el sur de los Estados Unidos.
Tras el fin de la Guerra de Secesión y la aprobación de la Decimotercera Enmienda a la Constitución que, en 1865 abolió definitivamente la esclavitud en el país, la población negra había disfrutado de un breve periodo de relativa igualdad sobre el papel en los estados sureños. Sin embargo, el Compromiso de 1877 dejó en manos de estos estados regular el trato legal que daban a la población negra, lo que daría lugar a la creación de las llamadas leyes Jim Crow.
El nombre con el que se conocen estas disposiciones legales proviene del espectáculo cómico Jump Jim Crow, estrenado en 1832, en el que un actor blanco pintado de negro ridiculizaba las costumbres, el habla y la apariencia de los afroamericanos. Desde entonces, la expresión Jim Crow se usó para referirse despectivamente a la población negra.
Foto de archivo del 26 de enero de 1965 que muestra a Mildred Loving y a su marido Richard P. Loving. © Foto AP
Estas leyes crearon un sistema de segregación racial prácticamente idéntico al apartheid sudafricano o al que establecieron las leyes de Nuremberg, promulgadas en 1935 por el régimen nazi para discriminar a los judíos.
El lema "separados pero iguales" que se utilizó para justificar la segregación era una muestra suprema de hipocresía. Las leyes Jim Crow incluían disposiciones que impedían a la gran mayoría de las personas afroamericanas ejercer el derecho al voto en los estados del sur, al exigir unos requisitos económicos y de formación casi imposibles de cumplir para ellas.
El sistema de segregación sureño también incluía leyes antimestizaje, que prohibían los matrimonios mixtos o interraciales y, en la mayoría de los casos, las relaciones sexuales entre personas de distinta raza.
La Ley de Integridad Racial de Virginia, aprobada en 1924, es un ejemplo claro de este tipo de disposiciones legales. Su texto establecía: "será ilegal que una persona blanca se case con nadie que no sea blanco". Y aclaraba que solo se consideraba blanca a aquella persona que "no tenga rastro alguno de otra sangre que no sea caucásica". Leyes similares estaban vigentes en otros 16 estados a comienzos de los años sesenta.
Chico (blanco) conoce chica (negra)
Pese a todo, había algunos escasos reductos de libertad en los estados del sur en donde negros y blancos convivían en relativa igualdad. La pequeña localidad virginiana de Central Point era uno de ellos. Allí vivían Mildred Jeter, una muchacha cuyo árbol genealógico incluía ancestros indios, portugueses y negros, y Richard Loving, un muchacho blanco. Mildred y Richard se conocieron en el instituto y se enamoraron.
En 1958, recién cumplidos los 18 años, Mildred se quedó embarazada, lo que impulsó a la pareja a contraer matrimonio. Ya que la boda no era posible en Virginia, recorrieron en coche los 128 kilómetros que les separaban de Washington, la capital del país, para casarse. Después de la ceremonia regresaron a Central Point, pensando que nadie les molestaría.
Estaban equivocados. Poco después de la boda, la policía irrumpió en su casa y les encontró durmiendo juntos. Cuando Mildred trató de justificar la situación señalando su certificado matrimonial, los agentes les dijeron que este no tenía validez en el estado y los arrestaron.
El 6 de enero de 1959, Mildred y Richard fueron condenados a un año en prisión. La ejecución de la sentencia fue suspendida a condición de que abandonasen Virginia y no volviesen a viajar juntos a su estado natal durante los siguientes 25 años. La pareja se mudó al vecino distrito de Columbia y cumplieron obedientemente su parte del acuerdo durante los siguientes cinco años.
Foto de archivo de Linda Brown Smith, de pie frente a la Escuela Sumner en Topeka, Kansas. La negativa de la escuela pública a admitir a Brown en 1951, que entonces tenía nueve años, por ser negra, dio lugar al caso Brown v. Board of Education de Topeka, Kansas. © AP Photo, Archivo
Los tiempos estaban cambiando: Linda Brown, Rosa Parks y Martin Luther King
Sin embargo, los tiempos estaban cambiando. En todo el mundo y también en el sur de los Estados Unidos. La población afroamericana, cuyos muchachos ya habían mezclado su sangre con los retoños de la población blanca en los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial, estaba harta de la segregación y empezaba a sublevarse.
En 1954, Linda Brown se convirtió en la primera estudiante negra en ser admitida en una escuela solo para blancos. En 1955, Rosa Parks se negó a ceder su asiento a un hombre blanco en un autobús de Montgomery, la capital de Alabama, y fue arrestada por ello. El suceso desencadenó un boicot a los autobuses urbanos por parte de la población negra que duró más de un año y que estuvo a punto de llevar a la ruina a la empresa de transportes.
Esta movilización proporcionó fama nacional a un hasta entonces desconocido joven pastor protestante negro, Martin Luther King. Ocho años después, el 28 de agosto de 1963, el carismático King congregaría en Washington a una multitud de decenas de miles de personas venidas de los más diversos puntos del país.
Los manifestantes escucharon al reverendo pronunciar algunas de las frases más famosas de la historia: "Yo tengo un sueño de que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo: Todos los hombres son creados iguales".
La Administración del presidente John F. Kennedy reaccionó a la Marcha sobre Washington preparando la Ley de Derechos Civiles, destinada a poner fin –al menos sobre el papel– a la segregación. A pesar del asesinato de Kennedy en Dallas, la ley se aprobó el 2 de julio de 1964.
En esta foto de archivo de 1960, Martin Luther King Jr. habla en Atlanta. © Foto de archivo de AP
La Ley de Integridad Racial es declarada inconstitucional: la libertad de matrimonio es un derecho fundamental
Ese mismo año, cansados de no poder viajar juntos para visitar a sus familias en Virginia, los Loving decidieron rebelarse. Mildred escribió una carta de protesta al Fiscal General Robert Kennedy, quien puso al matrimonio en contacto con la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).
Los abogados de la ACLU comenzaron entonces un pesado proceso de apelaciones contra la sentencia que en 1959 habían declarado a los Loving culpables de violar la Ley de Integridad Racial de Virginia. Sin embargo, sucesivos tribunales virginianos fueron denegando la apelación, con argumentos tan evidentemente racistas como el del juez Leon Bazile: "Dios Todopoderoso creó las razas y las situó en continentes separados, lo que prueba que no era su intención que las razas se mezclasen".
Finalmente, el caso fue admitido por el Tribunal Supremo en diciembre de 1966 y, el 12 de junio de 1967, los nueve jueces acordaron por unanimidad darle la razón a los Loving, declarando inconstitucional su condena de 1959 y la Ley de Integridad Racial de Virginia. Según el alto tribunal, la libertad de matrimonio era un derecho fundamental del que no se podría privar a ninguna persona en base a un criterio arbitrario como la raza.
Aunque la sentencia del Supremo implicaba que las leyes similares a la Ley de Integridad Racial eran inconstitucionales, en muchos casos siguieron figurando en los códigos legales de los estados, aunque sin efecto práctico. Solo en el año 2000, cuando Alabama derogó formalmente su legislación antimestizaje, fueron totalmente erradicadas.
El gobernador de Virginia, Terry McAuliffe, a la derecha, mira un marcador histórico, junto con su esposa, Dorothy, en el centro, y el alcalde de Richmond, Levar Stoney, a la izquierda. Este marcador fue inaugurado en el 50 aniversario de la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de anular la prohibición de los matrimonios interraciales. © AP Photo/Steve Helber
La sentencia del caso Loving vs. Virginia propició que los matrimonios interraciales pasasen a representar del 0,4% del total de matrimonios celebrados en Estados Unidos en 1960 al 16% en 2015. También fue una de las bases legales que justificaron que el Tribunal Supremo se pronunciase en 2015 en contra de cualquier restricción que los estados pudieran poner al matrimonio entre personas del mismo sexo.
En junio de 2007, coincidiendo con el 40 aniversario de la sentencia, Mildred declaraba: "no pasa un día sin que piense en lo mucho que significó para mí tener la libertad de casarme con la persona que era preciosa para mí, incluso si otros pensaban que él era la persona equivocada para que yo me casase con ella. Creo que todas las personas estadounidenses, sin importar su raza u orientación sexual, deberían tener la misma libertad para casarse".
Llegamos al final de la partida. Pero no podemos dejar de señalar que la historia del caso Loving vs. Virginia encierra un lindo componente de justicia poética: las leyes estadounidenses que prohibían los matrimonios interraciales fueron derrotadas por una pareja cuyo apellido (Loving) significa enamorado.